En 1886, un ingeniero llamado Frederick W. Taylor presentó un trabajo en una reunión nacional de ingenieros titulado "El Ingeniero como economista". Este trabajo y otros preparados por Taylor expresaban su filosofía de la administración científica. La tesis principal de Taylor era que el bien máximo para la sociedad sólo puede darse por medio de la cooperación de la dirección y la fuerza laboral en la aplicación de métodos científicos. Planteó que los principios de la administración eran:
· Desarrollar una ciencia para cada elemento del trabajo de un empleado, que reemplaza el viejo método de la regla general.
· Elegir en forma científica y luego preparar, enseñar y desarrollar al trabajador, mientras que en el pasado un trabajador elegía el trabajo que quería hacer y se preparaba solo.
· Cooperar completamente unos con otros para asegurarse de que todo el trabajo se realice de acuerdo con principios científicos.
· Ofrecer una división casi igual del trabajo, y la responsabilidad entre dirección y empleados.
Estos cuatro principios constituían el concepto de administración científica de Taylor. Algunos lo consideran el padre de la administración moderna. Aunque esto parezca exagerado, Taylor fue una figura clave en el fomento de la función de la administración en las organizaciones. Influyó mucho y de manera duradera para que se mejorara de modo unificado y coherente la realización de las labores de los administradores de empresas.
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